El joven Calisto vive obsesionado por Melibea, una bella muchacha a la que ha conocido por azar y que lo ha rechazado sin contemplaciones。 Empeñado en conquistarla, Calisto recurre a la vieja y astuta Celestina, una alcahueta experta en arrastrar a los jóvenes por la senda del amor ilícito。 Confiada en que Calisto le recompensará bien sus servicios, Celestina trata de persuadir a Melibea para que se entregue al hombre que tanto la desea; es más, a fin de asegurarse el triunfo, la alcahueta conjura al mismísimo Satanás para que intervenga a favor del joven galán。 Tales artimañas, como cabe esperar, no traen nada bueno, y la historia de Calisto y Malibea acaba por convertirse en un torbellino de pasiones desatadas, en el que los personajes viven tan sólo para satisfacer sus apetitos más primarios。 Unos se obstinan en amar como no deben, otros buscan su propio provecho aunque sea a costa del perjuicio ajeno, y todos, en fin, cometen el mismo error: olvidar que un comportamiento amoral puede acarrear un castigo y que la caprichosa Fortuna, igual que a veces nos eleva a la cima de la felicidad, puede precipitarnos en el abismo de la tragedia。
Con el propósito de que los más jóvenes pueden gozar de la lectura de La Celestina, Eduardo Alonso ha preparado la presente adaptación de la obra, que salva las dificultades lingüísticas del original y le infunde a la trama una agilidad cautivadora。 Las espléndidas ilustraciones de Francisco Solé y Fuencisla del Amo, por su parte, contribuyen a sumergir al lector en la atmósfera trágica y hedonista a la vez que envuelve a los personajes de La Celestina。